UN SUEÑO

Hace unos años escuché un sueño. Un amigo soñaba con viajar con una caravana de vehículos llevando material humanitario por el África subsahariana. ¡Qué sueño tan hermoso! pensé, pero era solo eso, un sueño. Pero este amigo tiene esa extraña facultad que tienen algunas personas de perseguir, una y otra vez sus sueños, tiene eso que llamamos constancia, tesón. Y no permaneció sentado en su mesa o en su piragua, a esperar a que llegara ese golpe de suerte que le permitiera ver cumplido su sueño, sino que se puso a remar y a trabajar. Se puso a buscar la suerte. Pero no estaba solo, el binomio o equipo, que forman Miguel Puertas y Manuel Díaz, dio, finalmente, sus resultados.


Y un hermoso día de primavera, Manolo me dijo que nos íbamos a Mauritania, que el sueño se podía cumplir, que íbamos a ser capaces de hacerlo, de hacer realidad el sueño, de llevar nuestro grano de arena, en forma de material sanitario y educativo, a esas personas que viven en condiciones, más que precarias, en el África subsahariana. De forma directa, sin intermediarios, entregando directamente el material a las personas que lo van a utilizar, sin que se pierda nada en el camino. Así fue como empezó todo. Y aquello no fue solo una anécdota, sino que hubo un segundo viaje, más cargado de material, de ilusión y de vida. Gracias Manolo por soñar, por transmitirnos tu sueño, por ilusionarnos, y lo que es más importante por habernos hecho creer que se podía cumplir. Ahora estamos ante un nuevo reto, el tercer proyecto.

Hemos madurado, aunque poco, todavía estamos comenzando a caminar, pero hemos dado pasos firmes, decididos, y ahora ya no hay marcha atrás. Pero todo esto no hubiera sido posible sin el apoyo y la ayuda de los que han creído en ello. Las instituciones, empresas, y particulares que han creído en nosotros y han apostado decididamente por nuestro proyecto. GRACIAS con mayúsculas, por vuestra ayuda, la de todos, porque no hay ayuda pequeña, toda ayuda vale. Sin vosotros, este sueño se hubiera desvanecido al alba.

José Antonio Navas